¿La ganadería extensiva es beneficiosa o perjudicial para el cambio climático?

La relación entre ganadería y cambio climático es uno de los temas más debatidos en la actualidad. Por un lado, existen voces críticas que señalan a las vacas y otros rumiantes como responsables de la emisión de metano, un gas de efecto invernadero con gran impacto en el calentamiento global. Sin embargo, también hay estudios y experiencias que muestran que la ganadería extensiva puede ser parte de la solución, aportando beneficios ambientales, sociales y económicos.

En este artículo analizamos las dos caras de la moneda para entender mejor el papel de la ganadería extensiva frente al cambio climático.


Los argumentos críticos: emisiones de gases de efecto invernadero

Uno de los principales puntos de crítica hacia la ganadería es que los rumiantes emiten metano durante su digestión (fermentación entérica). Este gas es unas 25 veces más potente que el CO₂ en términos de calentamiento global.

Según la FAO, la ganadería es responsable de alrededor del 14% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, y gran parte proviene de sistemas intensivos y del uso de piensos basados en soja importada o harinas de cereales que requieren grandes extensiones de cultivo.

Estos datos han llevado a muchos detractores a considerar que reducir el consumo de carne o sustituirlo por alternativas vegetales sería una medida directa para combatir el cambio climático.


Los beneficios de la ganadería extensiva 🌱

Frente a esta visión negativa, la ganadería extensiva —aquella en la que los animales se crían en pastos y espacios abiertos, aprovechando recursos locales— presenta una serie de beneficios que no siempre se tienen en cuenta:

  1. Gestión del territorio y prevención de incendios 🔥
    El pastoreo contribuye a mantener limpios los montes y a reducir la acumulación de biomasa, lo que disminuye el riesgo e intensidad de los incendios forestales.
  2. Aprovechamiento de recursos naturales 🌾
    Los animales transforman pastos y forrajes que no son aptos para consumo humano en proteínas de alto valor nutricional. De esta forma, se aprovechan recursos que de otro modo se perderían.
  3. Sostenibilidad y bienestar animal 🐄
    En sistemas extensivos, los animales viven en condiciones más naturales, con menor necesidad de insumos externos como piensos importados, fertilizantes o antibióticos.
  4. Fijación de población en el medio rural 🏡
    La ganadería extensiva no solo produce carne o leche, sino que genera empleo, mantiene vivos los pueblos y preserva tradiciones culturales y gastronómicas ligadas al territorio.

¿Equilibrio posible?

La clave está en diferenciar entre modelos de producción. Mientras que la ganadería intensiva a gran escala puede generar más emisiones y presionar sobre el medio ambiente, la extensiva bien gestionada puede incluso contribuir a la captura de carbono en los suelos mediante el pastoreo rotacional y la regeneración de pastos.

Además, cada vez más proyectos de investigación buscan reducir las emisiones de metano a través de mejoras en la alimentación del ganado (por ejemplo, utilizando algas o aditivos naturales que disminuyen la fermentación entérica).


Conclusión

¿Es la ganadería extensiva perjudicial o beneficiosa para el cambio climático? La respuesta no es absoluta. Si bien es cierto que los rumiantes producen metano, también lo es que el manejo extensivo aporta beneficios ambientales, económicos y sociales que no deben ignorarse.

El reto para el futuro será potenciar prácticas ganaderas extensivas y sostenibles, mejorar la eficiencia en la alimentación animal y reconocer el papel clave que tienen los ganaderos en el cuidado del territorio y la lucha contra la despoblación rural.


👉 En Nutrofar creemos que la innovación y la sostenibilidad deben ir de la mano. Por eso, acompañamos al sector ganadero en su transición hacia modelos productivos que respeten el medio ambiente y garanticen el bienestar de los animales.

Consulta siempre a tu veterinario para optimizar la alimentación y la salud de tu ganado.