Riesgos de administrar medicamentos humanos como medicamentos veterinarios

El bienestar de nuestras mascotas es una prioridad indiscutible para los propietarios. Sin embargo, en ocasiones, por conveniencia o desconocimiento, se recurre al uso de medicamentos diseñados para humanos con la intención de aliviar o tratar condiciones de salud en los animales. Esta práctica, aunque bien intencionada, puede acarrear serios riesgos para su salud. 

¿Cuáles son los riesgos de no usar medicamentos veterinarios?

En este artículo, vamos a explicar los peligros asociados con la administración de medicamentos humanos a las mascotas, proporcionando información basada en el conocimiento veterinario especializado y destacando la importancia de utilizar los adecuados para cada especie.

1. Diferencias en metabolismo y composición farmacológica

Uno de los principales motivos por los que no se deben administrar medicamentos humanos a los animales es la diferencia en la forma en que sus cuerpos metabolizan los compuestos activos. Los diseñados para seres humanos están formulados para ser procesados por un organismo con un metabolismo y una fisiología muy distintos a los de un animal. Esto incluye diferencias en la función hepática, renal, y en la absorción de fármacos.

Por ejemplo, los fármacos que para un humano pueden ser inofensivos, como el paracetamol, son sumamente tóxicos para muchas especies, especialmente para los felinos, quienes carecen de la capacidad enzimática para metabolizarlo correctamente. A su vez, la dosificación de medicamentos para humanos está orientada a organismos mucho más grandes, lo que aumenta el riesgo de intoxicación en un animal si se administran dosis inapropiadas.

2. Riesgos de intoxicación y daños orgánicos

El uso inapropiado de medicamentos humanos puede dar lugar a intoxicaciones graves y efectos secundarios severos. Entre los más peligrosos para las mascotas, se encuentran los analgésicos de uso común como el ibuprofeno, los AINEs (antiinflamatorios no esteroides), que son utilizados para aliviar el dolor en humanos, pero que en animales, especialmente en perros y gatos, pueden causar hemorragias internas, úlceras gástricas, insuficiencia renal e incluso la muerte.

El riesgo de intoxicación por sobredosis es otra preocupación clave. Los animales son más sensibles a las dosis, y lo que para un ser humano puede ser una cantidad segura, puede ser letal para un animal, incluso en pequeñas dosis. El paracetamol, por ejemplo, puede ocasionar daño hepático irreversible en gatos, mientras que en perros puede causar daño renal severo.

3. Reacciones adversas y riesgo de interacciones medicamentosas

Las reacciones alérgicas son otro riesgo significativo al administrarlos. Al igual que los humanos, los animales pueden experimentar reacciones alérgicas a ciertos fármacos, que pueden manifestarse de manera similar a como ocurriría en las personas, pero con síntomas más graves, tales como dificultad respiratoria, edema, o incluso anafilaxia.

Además, los medicamentos humanos pueden interferir con otros tratamientos o condiciones médicas preexistentes en las mascotas. Las interacciones entre varios pueden modificar la eficacia de los tratamientos veterinarios específicos, alterar el metabolismo de otros fármacos y aumentar el riesgo de efectos adversos no deseados.

4. Falta de regulación y control en medicamentos humanos para animales

Los medicamentos veterinarios están específicamente formulados y regulados para tratar las condiciones de salud de las especies en cuestión, garantizando su seguridad y eficacia. En cambio, los diseñados para humanos no pasan por los estrictos controles de seguridad y efectividad exigidos para los tratamientos veterinarios. Estos no están sujetos a la misma regulación rigurosa ni a estudios sobre su impacto en animales, lo que aumenta la posibilidad de efectos adversos imprevistos y peligrosos.

Los medicamentos veterinarios están desarrollados considerando las necesidades fisiológicas particulares de los animales, y su utilización está respaldada por años de investigación científica y pruebas clínicas. Esto asegura que sean seguros, efectivos y ajustados a las características metabólicas de cada especie.

5. El papel del veterinario: prescripción y supervisión profesional

El uso de medicamentos en animales debe ser supervisado siempre por un profesional veterinario capacitado. Los veterinarios son expertos en la fisiología animal y están cualificados para prescribir tratamientos adecuados y seguros. Cualquier intento de tratar a un animal sin la orientación de un especialista no solo es ineficaz, sino que pone en riesgo la salud del animal, ya que solo un veterinario puede determinar el tratamiento más adecuado, la dosis correcta y la duración del tratamiento.

Es fundamental recordar que el diagnóstico y tratamiento de las mascotas no debe basarse en la administración de fármacos destinados a los humanos, sino en la elección de medicamentos veterinarios específicamente diseñados para satisfacer las necesidades de salud de cada especie.

Para garantizar el bienestar y la salud de las mascotas y los animales de producción, en Nutrofar contamos con una amplia gama de medicamentos veterinarios formulados específicamente para diversas especies. Nuestro catálogo incluye soluciones de alta calidad para tratar múltiples condiciones, desde cuidados básicos hasta enfermedades más complejas.